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miércoles, 6 de julio de 2011

El lado oscuro del romanticismo


McQueen nació en el corazón del popular barrio del East End de Londres en 1970. Benjamín de una familia numerosa -tiene cinco hermanos- su nombre real es Lee, pero él decidió cambiarlo por Alexander, más sonoro, pensando en su futura carrera como modisto.
Fue a un colegio masculino, donde comenzó a dar rienda suelta a su inclinación artística, pues se pasaba el día dibujando ropa de mujer en sus cuadernos escolares. A pesar de que quiso inscribirse en la escuela de arte, acabó trabajando como aprendiz del exclusivo sastre Anderson & Sheppard, de Savile Row, donde aprendió todorespecto a de corte y confección.

De ahí dio el salto a la moda femenina al ponerse a trabajar para los diseñadores Koji Tatsuno y Romeo Gigli en Milan, pero McQueen regresó al poco tiempo a Londres para convertise en profesor de la prestigiosa escuela de moda St. Martins, algo que al final dejó aparcado cuando, vistas sus aptitudes, la dirección del centro le ofreció una beca para realizar un curso de postgrado.
Su trabajo de fin de curso, en 1993, fue presenciado por la cazatalentos Isabella Blow, que adquirió su colección entera y se convirtió en su mecenas y le ayudó a crear su marca.

Al poco tiempo, McQueen empezó a ser considerado la revelación de la escena londinense. Con su colección titulada Highland Rape, el mundo de la moda coronó como rey de la aguja a este enfant terrible, y McQueen obtuvo, en 1996, el galardón al diseñador británico del año.

Unos meses después, McQueen fue fichado por Bernard Arnault, dueño de LVMH, como director creativo de la mítica marca Givenchy. Pero las relaciones entre ambos se deterioraron, pasadas varias temporadas, hasta desembocar en una aguda crisis que terminó en agria ruptura cuando McQueen decidió aliarse con Gucci, el grupo enemigo de LVMH, para relanzar su propia marca.

McQueen se suicida 11 de febrero de 2010, a los 40 años de edad y a punto de presentar su colección de otoño-invierno 2010-2011 en la Semana de la Moda de Londres.

El oscuro romanticismo con el que el modisto británico Alexander McQueen impregnó los diseños que le encumbraron como uno de los grandes de la moda envuelven desde hoy al Museo Metropolitan de Nueva York, que rinde homenaje al diseñador fallecido el año pasado con más de un centenar de sus creaciones.
"Para McQueen el amor era la más exultante de las emociones humanas. La moda le proporcionó un vehículo para expresar el amor de forma conceptual, con sus agonías y sus éxtasis, a veces de forma autobiográfica".
Los diseños de McQueen (1969-2010), "un verdadero romántico, en el sentido 'byroniano' de la palabra", eran según Bolton, "una expresión de los más profundos, en muchas ocasiones oscuros, aspectos de su imaginación".
La inmensa aportación de Alexander McQueen al mundo de la moda se explora en esta muestra a través de más de cien diseños y setenta accesorios que recorren casi dos décadas de creación del artista, desde su primera colección en 1992 como un recién graduado en la escuela de diseño londinense Central Saint Martins, hasta el último desfile que el público tendría que haber visto en marzo de 2010, un mes después de su muerte.


Para componer "Alexander McQueen: Savage Beauty , el comisario de la muestra se inspiró en un tatuaje que tenía el diseñador británico en su brazo derecho con una cita de la obra de Shakespeare "Sueño de una noche de verano" que decía "el amor mira con la mente y no con los ojos".
La elección de ese tatuaje revela que McQueen creía "en el poder del amor de transformar la fealdad en belleza", según Bolton, quien por ese motivo decidió dividir la muestra por temáticas, pero sin olvidar nunca ese "romanticismo oscuro" del diseñador.

Los diseños que se exponen en el Met -muchos de ellos de la propia firma Alexander McQueen de Londres y algunos otros recuperados del Givenchy parisino, donde sucedió como director creativo al polémico John Galliano en 1996- son una muestra de su aportación al mundo de la moda.

Referencias: 

Por: Kevin García